El coche conectado es una realidad, uno de los muchos cambios que se está experimentando en el sector de la automoción.
Es preciso aclarar que no hablamos de lo mismo cuando nos referimos al coche conectado y al coche inteligente; el coche conectado hace referencia a la conexión e integración que tiene el coche con internet.
La tecnología aportada por los teléfonos inteligentes o smartphones han aportado una nueva dimensión en lo que a conectividad se refiere al vehículo ahora llamado “vehículo conectado”. Servicios como el posicionamiento GPS, la geolocalización, las llamadas con manos libres o servicios como la previsión meteorológica, son ejemplos perfectos para poder dimensionar lo que es hoy día un vehículo conectado.
Como concepto cuando nos preguntamos que es un coche conectado, ha cambiado de forma muy rápida con los años. Los primeros elementos que hicieron que se diera el paso al coche conectado, fue la integración de la telefonía móvil dentro del propio vehículo, que, por cierto, tenía un coste muy elevado, así como una instalación nada sencilla.
Con el tiempo, los siguientes pasos del vehículo conectado han estado relacionados con los sistemas de geolocalización, mapas o meteorología, que se han integrado en los últimos tiempos mediante pantallas de todo tipo de tamaños y tipos, incluidas las táctiles que permiten con una acción leve, acceder a toda la información que tiene conexión a internet.
Características de los coches conectados
Por lo que hemos detallado, puede parecer que el vehículo conectado es únicamente colocar un smartphone en el coche y recorrer kilómetros de carretera. Más lejos de la realidad, este es efectivamente el primer paso para hacer de un coche “tradicional”, un coche conectado, pero el vehículo conectado tiene algunas características más:
Conexión automática
A medio plazo, una de las características del coche conectado será que este se conecte de forma autónoma a internet, para poder compartir los datos de la conducción y recoger información, cuya consecuencia será una mejora de la información durante la conducción mediante alertas y avisos. Por ejemplo, el coche conectado nos puede informar de una situación dentro de la ruta que hemos determinado, proponiendo una ruta alternativa para “esquivar” la situación.
El papel preponderante del conductor
Antes mencionábamos que no es lo mismo un coche conectado que un coche inteligente; la diferencia se sitúa en que una vez recogida la información, el coche inteligente toma decisiones en lugar del conductor, por ejemplo, los sistemas de cambio de carril lo hacen de forma autónoma e inteligente cuando detectan otro coche en nuestra misma vía, sin que el conductor actúe.
Esta es precisamente la principal característica y diferencia entre ambos conceptos, el papel del conductor y en como interactúa este con el vehículo. En el coche conectado, el conductor siempre tiene el control, así como la toma de decisiones. La información parte desde el mismo lugar de origen, pero la principal característica del vehículo conectado, como decíamos, es que el conductor tiene siempre el control.
El futuro de los coches conectados
Con toda esta información, es preciso preguntarse, ¿cuál es el futuro del coche conectado?.
El futuro del coche conectado pasa por la comunicación entre vehículos, no solo en el ámbito de las flotas conectadas, estaríamos hablando de que todos los coches conectados pasarían a estar interconectados entre sí gracias a tecnologías incipientes, que no solo conectarían vehículo con vehículo (V2V), sino también vehículo con otros aparatos (V2X).
Esta tecnología e interconexión de toda la flota de vehículos mediante conexiones tanto vía internet como inalámbrica, permitirá que todos los coches puedan quedar conectados a la red viaria, permitiendo una conducción mucho más segura, sostenible y responsable.
