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Flotas Eléctricas ¿Sí o No?

Esta tendencia y la transición al coche eléctrico en Europa está respaldada por un marco regulatorio integral que incluye normas de emisiones de CO2, iniciativas del Pacto Verde Europeo, y directivas sobre infraestructura de combustibles alternativos. Algunas de las legislaciones más relevantes que impulsan este cambio es por ejemplo el Reglamento de Normas de Emisiones de CO2 (Reglamento UE 2019/631) que establece las normas de emisiones de CO2 para automóviles nuevos y vehículos comerciales ligeros nuevos en la UE.

Este reglamento fija objetivos específicos para reducir las emisiones de CO2 de los vehículos:

  • Para automóviles, el objetivo es una reducción del 37,5% de las emisiones de CO2 para 2030 en comparación con los niveles de 2021.
  • Para vehículos comerciales ligeros, el objetivo es una reducción del 31% para 2030.

Sin embargo, la transición hacia vehículos eléctricos (VE) no es una decisión sencilla y requiere una consideración cuidadosa de sus ventajas y desventajas en comparación con los vehículos de combustión interna (ICE).

Desde Fagor queremos explorar los aspectos clave de esta transición y su impacto en las empresas de transporte, logística, distribución o cualquier empresa que cuente con una flota para llevar adelante sus servicios.

Alza en la Electrificación de Flotas

En los últimos años, la electrificación de flotas ha ganado un impulso significativo, aunque esté todavía un poco alejado de los objetivos que se marcan desde las instituciones. Diversas fuerzas impulsoras, como las políticas gubernamentales, los incentivos fiscales y la creciente conciencia ambiental, han llevado a un aumento en la adopción de vehículos eléctricos. Las ventas de vehículos eléctricos están creciendo exponencialmente, y se espera que esta tendencia continúe en los próximos años.

La Unión Europea, por ejemplo, ha establecido objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de carbono, incentivando a las empresas a adoptar tecnologías más limpias. Además, muchas ciudades ya están implementando zonas de bajas emisiones, restringiendo el acceso a vehículos de combustión y favoreciendo aquellos eléctricos o menos contaminantes. Este entorno regulatorio favorable, junto con las ventajas económicas y operativas de los vehículos eléctricos, está impactando en la electrificación de flotas en el sector del transporte y la logística.

Ventajas de los Vehículos Eléctricos

Como indicábamos, la adopción de un cambio de la flota hacia el vehículo eléctrico tiene una serie de ventajas para quien toma esta decisión:

  • Incentivos Fiscales y Subvenciones

Uno de los principales beneficios de los vehículos eléctricos son los incentivos fiscales y las subvenciones ofrecidas por los distintos gobiernos de la Unión Europea, así como los que propiamente la UE ofrece de forma directa. Estos incentivos incluyen de forma habitual desde exenciones de impuestos, subsidios para la compra de vehículos y beneficios adicionales como estacionamiento gratuito o acceso a carriles exclusivos. Estas medidas ayudan a reducir el costo total de propiedad de los vehículos eléctricos, haciendo que la inversión inicial sea más atractiva para las empresas.

  • Reducción de Costos Operativos

Los vehículos eléctricos tienden a tener menores costos operativos en comparación con los vehículos de combustión interna. Esto se debe a que los vehículos eléctricos tienen menos piezas móviles, lo que reduce la necesidad de mantenimiento y reparación. Además, el costo de la electricidad suele ser menor que el del combustible fósil, lo que se traduce en ahorros significativos a lo largo del tiempo.

  • Funcionamiento Silencioso

Otra ventaja de los vehículos eléctricos es su funcionamiento silencioso. Esto es especialmente beneficioso para la distribución en áreas urbanas, donde la reducción del ruido puede mejorar la calidad de vida de los residentes y permitir entregas en horarios más flexibles sin causar disturbios, además de aumentar la comodidad del conductor del vehículo al eliminar el ruido de motor que emiten los vehículos de combustión.

  • Impacto Ambiental

Los vehículos eléctricos son una opción más ecológica, no emiten gases de escape que contribuyen al cambio climático y la contaminación del aire. Al utilizar fuentes de energía renovable, como la solar o eólica, para cargar las baterías, las empresas pueden reducir aún más su huella de carbono, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa.

Desventajas Frente a Vehículos de Combustión

Como todo gran cambio, existen también aspectos no tan positivos y desventajas que se deben de considerar en el momento de la elección o sustitución de una flota con vehículos eléctricos:

  • Autonomía y Tiempo de Carga

Uno de los desafíos más significativos de los vehículos eléctricos es su autonomía limitada y el tiempo de carga necesario. Es uno de los grandes caballos de batalla en la actualidad, y es que, aunque la tecnología de baterías ha avanzado, los vehículos eléctricos todavía no pueden igualar la autonomía de los vehículos de combustión en muchas aplicaciones de transporte. Además, el tiempo requerido para recargar las baterías es otro de los grandes inconvenientes, especialmente en operaciones que requieren un uso continuo de los vehículos.

  • Infraestructura de Carga

La infraestructura de carga es otra barrera importante para la adopción de vehículos eléctricos. La disponibilidad de estaciones de carga rápidas y accesibles es crucial para la operación eficiente de una flota eléctrica. Las empresas deben invertir en infraestructura de carga o depender de redes públicas, que en la actualidad todavía no tienen el despliegue necesario como para poder ofrecer una red lo suficientemente robusta como se podría necesitar. Además, crear o tener una red propia de recarga es por el momento una opción costosa y logísticamente complicada.

  • Coste Inicial

El costo inicial de adquisición de vehículos eléctricos sigue siendo más alto en comparación con los vehículos de combustión interna. Aunque los incentivos fiscales y los menores costos operativos intentan compensar esta diferencia a largo plazo, la inversión inicial puede ser un obstáculo significativo para muchas empresas.

  • Capacidad de Carga y Adaptabilidad

En aplicaciones específicas, como la cadena de frío, la capacidad de los vehículos eléctricos para mantener la temperatura controlada durante largos períodos es un gran desafío. La integración de unidades de refrigeración de transporte (TRU) en vehículos eléctricos requiere soluciones tecnológicas avanzadas y puede afectar la autonomía del vehículo debido al mayor consumo de energía.

Normativa EURO y su aplicación en el proceso de electrificación

Ciertamente, en la actualidad ya existen normativas regulatorias desde la Unión Europea que han venido a restringir y controlar las emisiones de los motores de combustión, trabajando ya desde hace tiempo en el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, como es la normativa EURO que se aplica a los vehículos.

La normativa EURO establece estándares estrictos de emisiones para vehículos en Europa. Con cada iteración de la normativa, los límites de emisiones se vuelven más estrictos, lo que impulsa a los fabricantes y operadores de flotas a buscar alternativas más limpias y eficientes. Los vehículos eléctricos, que no emiten contaminantes locales, cumplen fácilmente con estos estándares y ofrecen una solución viable para empresas que buscan adelantarse a las regulaciones futuras.

Las normativas EURO han sido un factor clave como decíamos en la reducción de las emisiones de vehículos de combustión interna, pero también han incrementado los costos de producción y operación de estos vehículos debido a la necesidad de tecnologías avanzadas de control de emisiones. Este entorno regulatorio hace que los vehículos eléctricos sean una opción cada vez más atractiva, no solo por su impacto ambiental positivo, sino también por su capacidad para cumplir con las normativas más estrictas sin necesidad de costosas modificaciones, aunque tengan también algunas desventajas que hemos señalado anteriormente.

Y es que la transición hacia flotas eléctricas representa tanto una oportunidad como un desafío para las empresas de transporte, logística, distribución, empresas que cuentan con una flota propia para su servicio, e incluso todos y cada uno de nosotros a nivel personal. Si bien los vehículos eléctricos ofrecen numerosos beneficios, también enfrentan desafíos significativos, por lo que decantarse por la opción de si o no ante la cuestión, no es una decisión sencilla ni que deba de tomarse sin estudiar todos los aspectos e impactos que puede suponer la misma.

Con la presión creciente de las normativas ambientales y la demanda de soluciones sostenibles por parte de los consumidores y socios comerciales, las empresas tienen que considerar cuidadosamente los pros y contras de electrificar sus flotas. Una planificación cuidadosa, junto con inversiones en tecnología e infraestructura, puede ayudar a superar estos desafíos y posicionar a las empresas para un futuro más sostenible y eficiente.

La adopción de flotas eléctricas no es una decisión que deba tomarse a la ligera como ya hemos reiterado, pero con el enfoque adecuado, puede ser una estrategia ganadora que ofrece ventajas competitivas y contribuye significativamente a la protección del medio ambiente.

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