¿Por qué se conecta el vehículo conectado?
“El smartphone lo es todo” decía el titular de un artículo mientras hacía “scroll” por mi “feed” de noticias desde mi “smartphone”. No leí el artículo porque estaba con la cabeza en un chat del trabajo con gente de Santander, Bogotá y Mondragón para coordinar una comunicación que debíamos enviar a otra persona en Lima, pero el mensaje del artículo se capta enseguida. Hoy en día el smartphone es agenda, cámara de fotos, de vídeo, grabadora, email, RRSS, oficina de banco, videojuegos, el mando de la “roomba”, linterna y… ¡hasta teléfono!
Pero… ¿qué es un vehículo conectado?
Sobre la respuesta a la pregunta de qué es un vehículo conectado, seguramente se nos viene a la cabeza lo que vemos en la publicidad: el vehículo conectado es poder usar el smartphone para interactuar con el coche, abrir y cerrar puertas y ventanas, saber dónde está y los recorridos que ha hecho, recibir avisos de mantenimientos y fallas y ese tipo de funcionalidades que incorporan los vehículos últimamente. Pues bien, sí, eso también es un vehículo conectado, pero aún hay más.
Podemos pensar también en el nivel “prototipo del futuro cercano”, el vehículo autónomo, el cual sería la máxima expresión del concepto de vehículo conectado ya que, no sólo se comunica con el propietario (o usuario), sino que dispone de decenas de vías de comunicación mediante sistema telématico para interconectarse con el entorno e interpretarlo, con otros vehículos, con el centro de mandos y monitoreo, con los propios dispositivos internos y sensores, con satélites de posicionamiento (GPS), con internet y sus servicios (de cartografía, mensajería, etc.), y ¡hasta con nuestro asistente virtual del hogar para seguir escuchando en casa la canción que estaba sonando al aparcar!
Pero todo lo anterior lo estamos pensando desde la perspectiva del propietario de un vehículo particular, y no es el punto al que quiero llegar… ¿Para qué le sirve al fabricante o vendedor del vehículo toda esa conectividad una vez vendido? ¿Para qué les sirve el sistema telemático a los vehículos de uso profesional como camiones, autobuses, etc.? ¿Por qué deben estar los vehículos conectados desde su fabricación hasta su retirada de las carreteras?
Ventajas del vehículo conectado
Desde hace muchos años, las empresas flotistas, ya sean de transporte de mercancías, pasajeros o servicios, han entendido la necesidad de disponer de un sistema de gestión de flotas para poder medir y optimizar su operación, ser más competitivos y aumentar la seguridad. Pero esto siempre se ha entendido como un servicio aparte y desligado de la marca o fabricante del vehículo. Todo esto ya era y sigue siendo un “vehículo conectado”.
Hoy en día los fabricantes y redes de concesionarios, siguen teniendo mucha más información sobre el uso que hacen los visitantes de su página web que del uso que hacen de sus vehículos una vez salidos del concesionario. Saben qué modelos son los más vistos y menos vistos en la web, los clicks en los banners de ofertas, etc., pero no saben absolutamente nada (o saben poco) del uso que se está haciendo de aquel camión que vendieron a esa gran empresa de transporte hace año y medio y que no ha vuelto a comprarnos otro. Sólo cruzan los dedos y realizan las gestiones necesarias para que lo traigan a los talleres oficiales y hacerles el mantenimiento, ficharlo en el sistema y lo que el manual técnico indica.
¿Te imaginas que tu vehículo conectado se “actualice” y corrija sus fallas de forma automática como lo hace tu smartphone? Pues con los vehículos conectados podemos tener la misma visión, aunque bastante más compleja puesto que tienen “mucho hardware” y piezas mecánicas.
El hecho de poder disponer de todos los parámetros relacionados con el uso del vehículo conectado gracias al sistema telemático, independientemente de quién sea el propietario, obtenidos a partir del propio ordenador del vehículo, y poder recibirlos en remoto y tiempo real y almacenarlos durante la vida del vehículo tiene mucho valor para la marca, el vendedor y sus talleres o el “rentista”. Hoy en día existen herramientas de Business Intelligence con informes estadísticos de alto valor que permiten ir de los más general a lo más específico en cuestión de pocos clicks. Poner toda esa inteligencia al servicio de su negocio ¡son palabras mayores!
Imagínate, como gerente de una red de concesionarios, poder medir y gestionar toda esa información, todos los mantenimientos preventivos y correctivos, las zonas y tipo de vías por las que se mueven, las visitas a talleres no autorizados, la agresividad con la que hayan podido ser operados, las malas prácticas de conductores que impactan sobre la vida útil del motor y desgaste de piezas, el combustible que han consumido y las horas que han pasado a ralentí (motor en marcha sin desplazamiento, lo que supone un incremento del horómetro y no del odómetro) y un largo etcétera.
Toda esta información, sumada a procesos y servicios nuevos, permiten posicionarse a la vanguardia del mercado, manteniendo, por un lado, a los vehículos conectados en perfectas condiciones y, por otro lado, a los clientes satisfechos. La satisfacción de los clientes viene dada mediante un servicio personalizado como nunca antes había sido posible, anticipándonos y encargándonos del mantenimiento de vehículo de forma proactiva y aconsejándoles sobre el modelo ideal para el tipo de trabajo que realizan, incrementando además el valor del activo en el mercado de segunda mano por su completa trazabilidad y garantía de uso.
El cliente va a adquirir un vehículo conectado con un avanzado sistema de gestión de flotas incorporado, el cual le permitirá:
- Optimizar sus operaciones
- Reducir costos
- Aumentar la seguridad y vida útil del activo
- Despreocuparse por las fallas y mantenimientos de éste
También podrán olvidarse de comunicar a sus responsables sobre las incidencias, tanto del vehículo como de la operación, ya que esta información la recibirían de manera automatizada. Si a todo lo anterior, le añadimos esto último, podemos garantizar que estamos ante un modelo con grandes retornos de inversión para las casas comercializadoras de vehículos y las propias marcas de fabricantes.
Y esto es, según mi opinión, lo que debe ser la respuesta a la pregunta que titula este artículo.
