Los sistemas de conducción inteligente están tomando cada vez mayor protagonismo no solo para la industria de la automoción, sino que es un camino por el cual toda la sociedad esta haciendo una apuesta decidida.
Seguridad de los coches inteligentes
Estos sistemas prometen ser el futuro de la conducción por carretera, los vehículos inteligentes o coches autónomos serán habituales en las calles del futuro, aunque es verdad que todavía hay un largo recorrido que realizar hasta que esto sea una realidad. Muchas son las incógnitas sobre todo entre la población en general sobre este tipo de vehículos, y en especial sobre las tecnologías que incorporan estos coches inteligentes e impacto sobre la seguridad vial o la movilidad.
Los vehículos inteligentes son coches que tienen incorporado una tecnología que es capaz de tomar decisiones que modifiquen la conducción, haciendo que esta sea más segura tanto para los ocupantes del coche como para el resto de coches que se encuentren en la vía. Las variables para definir un coche inteligente son varios, pero, por ejemplo, los cambios automáticos se consideran ya tecnología incorporada a los coches inteligentes, ya que es el propio vehículo el que toma la decisión de subir o bajar las marchas, en función de múltiples variables como la velocidad, la inclinación de la carretera o las revoluciones.
Carreteras inteligentes
Otro vínculo importante es el que queda relacionado entre los coches inteligentes y la seguridad vial. En la actualidad los coches ya incorporan un buen número de elementos que permiten aumentar la seguridad y en consecuencia, reducir la siniestralidad global, y en especial la de los coches inteligentes. Todos los sistemas de cámaras integradas en los vehículos inteligentes, que permiten al conductor tener una visión de 360 grados alrededor de su vehículo son un claro ejemplo entre lo que significan los coches inteligentes y la seguridad vial, provocando un descenso de la siniestrabilidad.
Actualmente se trabaja en la incorporación de algoritmos de decisión en los coches inteligentes, que permitan poder adoptar y tomar decisiones de forma independiente a la que tomaría el conductor. El ejemplo más claro son los sistemas de cambio de carril cuando el coche inteligente detecta un obstáculo en la vía. El algoritmo tiene un índice de respuesta mejor y más rápido que el humano, reduciendo la siniestrabilidad.
Accidentes de tráfico en los coches inteligentes
La relación entre vehículos inteligentes y accidentes de tráfico es algo sobre lo que se lleva trabajando desde hace mucho tiempo.
La ventaja de la reducción de la tasa de accidentes de tráfico en coches inteligentes frente a los tradicionales no solo tiene el beneficio de esa reducción o una mayor seguridad vial. Las compañías de seguros toman muy en cuenta la siniestralidad de los coches inteligentes como factor para la elaboración de la póliza de seguros; si poseemos un vehículo inteligente, la propuesta que nos haga la compañía de seguros será mejor para un vehículo inteligente frente a un vehículo tradicional. La seguridad de los coches inteligentes será un factor a la hora de determinar las características de nuestro seguro.
El avance tecnológico de este tipo de vehículos es imparable, pero no único. Se trabaja también para integrar a este tipo de vehículos en las llamadas “carreteras inteligentes”, vías de circulación que permitan la monitorización de los vehículos que circulan por la misma, eliminando cualquier tipo de potencial accidente.
Los vehículos inteligentes no son cosa del futuro, ya están en nuestras carreteras. Los coches autónomos y la seguridad vial irán de la mano.
